Definitivamente con este producto si sabemos lo que ocurrió: se pudrió y desapareció para siempre.
El Miki Moko no era otra cosa que una especie de sustancia mucosa verde con la cual los niños jugaban. Venía dentro de un vaso plástico, en el cual además de esta masa amorfa y desagradable venía un ojo de plástico (no de vidrio) que tenía la función de hacer todo esto aún más desagradable. Por cierto: ¿por qué un moco gigante y un ojo habitan en el mismo recipiente?, vaya uno a saberlo.
Cabe aclarar que el Miki Moko original fue lanzado por la empresa multinacional Mattel (la de Barby) y se llamaba Slime. El Slime venía dentro de un pequeño tacho de residuos tóxicos, en épocas en que se comenzaba a hablar de la ecología.
Tiempo después salió un Slime fluorescente, y solo en otros países Mattel comercializó el Slime de He-Man, de los Cazafantasmas (aprovechando que en la segunda película se tiraban en un río de mucosidad radioactiva que corría por debajo de Nueva York), de las Tortugas Ninjas (que también en la segunda parte buscaban el tacho radioactivo que las había transformado), y hace un par de años se produjo (en Inglaterra) increíblemente el de Harry Potter.
Y hablando de los Cazafantasmas, no podemos dejar de mencionar a Pegajoso, ese personaje del film (del cual supimos el nombre recién en la serie animada) que tantas veces sirvió de inspiración para los usuarios del Miki Moko.
Pero las anteriores no fueron las únicas incursiones del producto en el cine, ya que años después se realizó "Flubber" en donde el Moko era el fundamental protagonista de la historia.
Este sintético producto no tóxico, del cual algunos infantes rumoreaban que se trataba de moco de elefante, tenía un costo bastante elevado por lo que no era demasiado accesible.
¿Y para que se usaba?, simplemente para nada, y para todo. Su principal función era tirárselo a alguien, colocarlo en el zapato de algún desprevenido (tal como se veía en la triste publicidad que inundó las pantallas), hacer como que uno se lo sacaba de la nariz, servir como una amenaza frente a amigos y hermanos. Algunos jugaban a pasarlo rápido intentando que no se caiga mientras que muchos otros perdieron el suyo luego de que quedara pegado al techo o a alguna pared muy alta.
Finalmente, el Miki Moko ya no se fabrica más en el país desde fines de los 80, pero productos similares (como el tiracuetes o el pegatazos) vienen de regalo en los paquetes de papas fritas. Todo al revés de como decía Pipo Cipolatti: "El primero te lo venden (y muy caro), el segundo te lo regalan". Hoy todo está dado vuelta.

4 comentarios

Anónimo dijo... @ 6:10 p.m.

Pensar que muchos tuvieron este "juguete" que al final no servía para nada. Yo fui uno de los muchos que NO lo tuvieron y jamás pedí que me lo compraran. Al final resultó ser una porquería.

Anónimo dijo... @ 3:28 p.m.

yo tenia el tazo ganador pero nunca lo pude conseguir al askimoko!!!

Anónimo dijo... @ 2:56 p.m.

Boludo copado el del primer comentario...ahora tiene $5 mas en su cuenta para los remedios contra la artritis.
BrianJ

Anónimo dijo... @ 8:09 p.m.

Yo tuve uno porque me lo regalaron. Cuando pasó a mejor vida (no duró mucho) me quedé con el vasito en el que venía y lo usé como pecera para el delfín del Lokipen (véase artículo). Tampoco duró mucho

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